La escena se produce, se arma, se muestra y se goza. Hoy, todo parece hecho para ser expuesto. Absolutamente todo parece tener la exigencia de ser visualmente estético. La funcionalidad quedó a atrás.
El maquillaje todo lo tapa. Destaca lo bueno, y borra lo inarmónico.
La televisión, en este sentido, es el paradigma de la actualidad. Todo lo que vemos directamente con los ojos, sale más lindo si lo vemos por aquel aparatito. Así armamos el set de nuestras vidas.
Se perdió la esencia, la fotito del curriculum vitae tiene más peso que el contenido. La primera impresión es la que cuenta. ¿Estaremos condenados a que siempre sea así?
Grandioso sería que nos saquemos la máscara y nos podamos mostrar en el día a día tal cual somos. Si hay rubor, que sea el de la vergüenza, y no el de esa pastita en pote.
El maquillaje todo lo tapa. Destaca lo bueno, y borra lo inarmónico.
La televisión, en este sentido, es el paradigma de la actualidad. Todo lo que vemos directamente con los ojos, sale más lindo si lo vemos por aquel aparatito. Así armamos el set de nuestras vidas.
Se perdió la esencia, la fotito del curriculum vitae tiene más peso que el contenido. La primera impresión es la que cuenta. ¿Estaremos condenados a que siempre sea así?
Grandioso sería que nos saquemos la máscara y nos podamos mostrar en el día a día tal cual somos. Si hay rubor, que sea el de la vergüenza, y no el de esa pastita en pote.
Y como la imagen es maquillaje hoy en día: Maquillaje, por La Gata Varela
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